No sé si lo sabíais, yo no. El gordo, Oliver Hardy, era un estupendo cantante. Me he enterado leyendo el blog de Diego Manrique de Radio 3. Tiene un enlace al podcast donde podréis escuchar a la pareja cantando.
Esto me sirve de excusa para hacer un homenaje a esta pareja, no siempre reconocida por un humor no tan exquisito como los más grandes. A diferencia de Keaton y Chaplin, los gags no eran tan elaborados físicamente pero tenían algo inconfundible que es la pausa. Cuando Laurel hacía una trastada de las suyas cayendo sus consecuencias habitualmente sobre Hardy, éste no emprendía la venganza inmediata. Su reacción se producía tras una pausa, incluso mirando a cámara para implicar al espectador. No recuerdo si fue El Pianista o el Hastiado quien ya hablaron sobre la pausa en el gag analizando la pareja Ángel Martín-Patricia Conde en Sé lo que hicisteis la última semana.
Esto me sirve de excusa para hacer un homenaje a esta pareja, no siempre reconocida por un humor no tan exquisito como los más grandes. A diferencia de Keaton y Chaplin, los gags no eran tan elaborados físicamente pero tenían algo inconfundible que es la pausa. Cuando Laurel hacía una trastada de las suyas cayendo sus consecuencias habitualmente sobre Hardy, éste no emprendía la venganza inmediata. Su reacción se producía tras una pausa, incluso mirando a cámara para implicar al espectador. No recuerdo si fue El Pianista o el Hastiado quien ya hablaron sobre la pausa en el gag analizando la pareja Ángel Martín-Patricia Conde en Sé lo que hicisteis la última semana.
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