Esta reflexión viene como consecuencia de algunos comentarios sobre la última película de Bourne en la que se cuestiona la forma de dirigir de Greengrass. Creo que es interesante su desarrollo.
Desde hace unos años se está usando el modo de hacer documental para implantar más verosimilitud a las historias. La cultura audiovisual cada vez es más amplia y con el tiempo los conocimientos implícitos de la obra cinematográfica, incluída la televisiva, es enorme.
Por tanto, los elementos "veritees" tales como cámara en hombro, paneos rápidos, montaje precipitado, jump cuts, etc, son cada vez más habituales en todos los productos, películas y series.
Buena parte de este estilo está basado en los videoclips que nos acostumbraron a un montaje rápido educando al cerebro a recibir muchas imágenes por segundo.
El asunto que me lleva a escribir ésto es mi duda si este estilo tipo documental es derivado de una planificación concienzuda basada en el guión, una forma de captar espectadores jóvenes habituados al bombardeo de imágenes, una manera de esconder los defectos de la obra o simplemente una incapacidad de crear autenticidad a través de un estilo clásico.
Los cuatro motivos arriba citados podrían no ser independientes y ser la unión de todos ellos la causa de esta nueva moda de puesta en escena. Los que hacemos cortos y estamos un poco metidos en este mundillo sabemos que todos los elementos "veritees" son una manera de esconder defectos, tanto de planificación, trabajos de actores novatos, falta de medios y demás excusas.
Mi duda es si ahora mismo una planificación clásica sería éxito comercial o los tiempos piden un nuevo hacer.
Me remito a esta secuencia de El Padrino II, Keaton le dice a Pacino que el matrimonio ha acabado y que abortó voluntariamente. Para mi gusto, esta secuencia no podría ser mejor, los dos actores justifican todo y no se necesitan otros recursos cinematográficos para ser sublime. El paneo rápido cuando Pacino le da la bofetada es lo que rompe la secuencia y hace que ese golpe no lo sufra Keaton, lo suframos los espectadores.
Desde hace unos años se está usando el modo de hacer documental para implantar más verosimilitud a las historias. La cultura audiovisual cada vez es más amplia y con el tiempo los conocimientos implícitos de la obra cinematográfica, incluída la televisiva, es enorme.
Por tanto, los elementos "veritees" tales como cámara en hombro, paneos rápidos, montaje precipitado, jump cuts, etc, son cada vez más habituales en todos los productos, películas y series.
Buena parte de este estilo está basado en los videoclips que nos acostumbraron a un montaje rápido educando al cerebro a recibir muchas imágenes por segundo.
El asunto que me lleva a escribir ésto es mi duda si este estilo tipo documental es derivado de una planificación concienzuda basada en el guión, una forma de captar espectadores jóvenes habituados al bombardeo de imágenes, una manera de esconder los defectos de la obra o simplemente una incapacidad de crear autenticidad a través de un estilo clásico.
Los cuatro motivos arriba citados podrían no ser independientes y ser la unión de todos ellos la causa de esta nueva moda de puesta en escena. Los que hacemos cortos y estamos un poco metidos en este mundillo sabemos que todos los elementos "veritees" son una manera de esconder defectos, tanto de planificación, trabajos de actores novatos, falta de medios y demás excusas.
Mi duda es si ahora mismo una planificación clásica sería éxito comercial o los tiempos piden un nuevo hacer.
Me remito a esta secuencia de El Padrino II, Keaton le dice a Pacino que el matrimonio ha acabado y que abortó voluntariamente. Para mi gusto, esta secuencia no podría ser mejor, los dos actores justifican todo y no se necesitan otros recursos cinematográficos para ser sublime. El paneo rápido cuando Pacino le da la bofetada es lo que rompe la secuencia y hace que ese golpe no lo sufra Keaton, lo suframos los espectadores.
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