Mi memoria se estira y acorta como una goma.
He hecho cosas con ella que hacen que la goma se estire, hasta el límite, hasta que me duela los dedos de sujetarla, parece que fue hace mucho, tanto.
He hecho cosas con ella que hacen que la goma no se estire, están aquí, conmigo, al lado, para siempre.
He hecho cosas con ella que hacen que la goma se estire, hasta el límite, hasta que me duela los dedos de sujetarla, parece que fue hace mucho, tanto.
He hecho cosas con ella que hacen que la goma no se estire, están aquí, conmigo, al lado, para siempre.
2 comentarios:
La dimensión que le damos a los recuerdos en la memoria no podemos controlarla. No nos pertenece. Enraizan-salen-entran-se desprenden o habitan, todo por propia voluntad. Se atreven a asomarse inoportunamente o se esconden cuando los llamamos. Los recuerdos tienen vida propia porque pertenecen a otra vida.
Sí.
No me hagas caso..!
Publicar un comentario