A veces, y he de confesar que cada vez menos, se producen descubrimientos musicales como cuando uno era un puber y virgen a los sonidos, bendita época de descubrimientos.
No me pararé a enrollarme sobre la menos frecuencia de hallazgos musicales, nos daría para una tesis, de las universitarias no de las cinematográficas.
El caso es que Amy Winehouse es un portento, extraño, muy extraño. Si no sabían de su existencia encontrarán la razón de mis adjetivos.
Con ustedes, Amy Winehouse
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